El experimento de Milgram

 El experimento de Milgram, llevado a cabo por el psicólogo Stanley Milgram en la Universidad de Yale en la década de 1960, uno de los estudios más famosos y controvertidos en la historia de la psicología social. Su objetivo principal era investigar hasta qué punto las personas obedecerían a una autoridad cuando se les ordenara realizar acciones que conflictuaban con su conciencia personal.


Procedimiento del Experimento


1. Participantes: Milgram reclutó a hombres de diversas ocupaciones y niveles educativos, asegurando que no tuvieran antecedentes de problemas psicológicos. A los participantes se les dijo que el estudio era sobre los efectos del castigo en el aprendizaje.

2. Roles: Se asignaron roles al azar, pero en realidad siempre se seleccionaba a un confederado (actor) para ser el “aprendiz” y al verdadero participante para ser el “maestro”.

3. Tarea: El aprendiz (actor) tenía que memorizar pares de palabras. El maestro debía administrar una descarga eléctrica al aprendiz cada vez que respondiera incorrectamente. Estas descargas aumentaban en intensidad con cada error, desde 15 hasta 450 voltios.

4. Simulación: En realidad, el aprendiz no recibía ninguna descarga. Simulaba dolor y sufrimiento conforme las supuestas descargas aumentaban en intensidad.

5. Presión de la autoridad: Un experimentador, que actuaba como figura de autoridad, instruía al maestro a continuar administrando las descargas, utilizando frases como “El experimento requiere que continúe”, “Es absolutamente esencial que continúe” y “No tiene otra opción; debe continuar”.


Resultados


La mayoría de los participantes obedecieron las órdenes del experimentador, administrando lo que creían eran descargas peligrosamente altas, incluso cuando el aprendiz gritaba de dolor, pedía parar, o se quedaba en silencio simulando estar inconsciente.

Aproximadamente el 65% de los participantes continuaron hasta el nivel máximo de 450 voltios.


Conclusiones


El experimento de Milgram demostró la poderosa influencia de la autoridad en la obediencia humana, revelando que personas ordinarias pueden cometer actos atroces simplemente porque una figura de autoridad se lo ordena. Este estudio se relaciona frecuentemente con la comprensión de cómo se pudieron llevar a cabo atrocidades durante la Segunda Guerra Mundial, como el Holocausto, por individuos que estaban “simplemente siguiendo órdenes”.


Controversias y Críticas


Ética: El experimento ha sido criticado por el estrés psicológico que causó a los participantes, muchos de los cuales mostraron signos de extrema angustia durante el estudio.

Validez: Algunos han cuestionado la validez externa del experimento, argumentando que los resultados podrían no ser generalizables a situaciones reales de obediencia.


Pese a estas críticas, el experimento de Milgram sigue siendo una referencia fundamental en la psicología social, especialmente en el estudio de la obediencia y la influencia de la autoridad.

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